Leyendo el texto me vienen tres de ideas a la cabeza.
La primera es la reflexión del autor de que cada personas ve un color propio, único. Y no tanto por el caso del color, sino porque esa idea es extendible a todo lo demás. No hay dos personas iguales, cada una tiene sus matices, sus particularidades, igual que el color. Por eso creo que uno no debe creer que su opinión o forma de ver el mundo es una verdad absoluta. Tenemos que intentar entender, empatizar y escuchar a los demás, antes de juzgar a nadie.
Esto hila con otra idea. La monocromía es propia de sociedades autoritarias dice el autor. El color refleja la pasión. Estoy de acuerdo. Por eso, estoy en contra del uso de uniforme en los colegios. Para empezar, cada persona es única, como ya he dicho antes, y el uniforme rompe con esto, nos encierra, limita una forma de expresión tan propia como es la forma de vestir. Coarta la creatividad y la imaginación. Considero que sería un factor a tener en cuenta para un modelo educativo diseñado por Mr Ken Robinson.
La tercera es la fuerza del color como símbolo. Como representación de una idea, un grupo, un país, un equipo deportivo y su afición... Todos nos identificamos con un color o varios. Lo enarbolamos en banderas, lo vestimos, lo sentimos incluso. Como en las pinturas de Goya, con ese blanco de la libertad frente al pelotón de fusilamiento, o como esas dos Españas enfrentadas en la Guerra Civil, con esa franja irreconciliable en sus banderas.
Creo que el texto no trata sólo del color, sino de muchas otras cosas, de las personas en general. Creo que el color es muy importante en nuestra vida, las cosas entran sobretodo por la vista al fin y al cabo. Y creo que el autor da en el clavo en una cuestión: el color es pasión.
lookingforMacondo
El color tiene en nuestras vidas más protagonismo del que en ocasiones pensamos. Y sí, es verdad, de algún modo es también pasión.
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